Enseñame a orar

3 de agosto de 2022

Camilo López

Tiempo de lectura: 7 min

¡Hola a todos! Bienvenidos a domingo en línea del Ministerio Rey en España. Para nosotros es una gran alegría poder compartir los domingos este mensaje de la Palabra de Dios.

Hay un tema que creo que hoy lo quiero dar a manera de una breve enseñanza. La enseñanza tiene como título: «Enséñame a orar». Quiero destacar solamente dos puntos acerca de lo que Jesús habló acerca de la oración. La oración realmente es la herramienta más poderosa para el Hijo de Dios a través de la fe.

Lucas 11:1-13 El primer punto a destacar es que Jesús te enseña a relacionarte y a depender de Dios Padre.

Una característica para aprender a orar es que es querer dejarse enseñar. Es decir, una persona que quiera aprender a orar, tiene que ser discípula en la oración, es una virtud que si se desarrolla muchas personas crecerán en su vida espiritual.

La oración realmente debe estar centrada en Él, en primer lugar, en reconocerle y en conocerle a su vez. Y aquí muchas personas se imaginan a un Dios que creó al mundo y nos dejó a su deriva, cuando Jesús lo que está enseñándonos aquí es a tener una relación con Dios como Padre. Así como Jesús tenía esa relación cuando estuvo aquí en la tierra, hoy en día nosotros también podemos tener esa misma relación con el Padre justamente a través de la oración, y es a través de la oración porque a través de mi fe en el Hijo, Él me reconoce como hijo suyo también.

Como se suele decir, el Hijo de Dios vino a hacerse hijo de los hombres, para que los hijos de los hombres podamos ser ahora hechos hijos de Dios.

Romanos 8:15-16 Hay personas que incluso pudieron tener un padre terrenal, bueno o malo, o que esté ausente o que haya muerto. Pero lo que Jesús me enseña es que el Padre celestial siempre estará presente si sencillamente lo busco. Así de sencilla es la cosa. Entonces no se trata de cuántas veces yo repita como un loro sin entendimiento el Padre Nuestro.

Se trata es de que yo pueda ser reconocido por Dios como hijo suyo a través de mi fe en Jesucristo. En esencia, Jesús enseñó que debe estar enfocada y centrada en Él y no en mí, centrada en su paternidad, centrada en su santidad y centrada en su voluntad.

Hebreos 12:14 La santidad se establece en una relación de fidelidad. Difícilmente la santidad se va a establecer en una relación infiel. Para los que tienen un matrimonio, obviamente a nadie le gustaría que su esposo o esposa le fuera infiel. Nosotros como iglesia y como hijos de Dios, a Dios tampoco le agrada que nosotros seamos infieles.

¿Qué implica la santidad? Que yo pueda tener sentimientos puros, que pueda tener pensamientos limpios, pero también una conducta íntegra. Eso es la santidad en esencia.

Juan 17:17-19 Aquí vemos que al relacionarme con su Palabra me relaciono y me santifico a su vez con el autor. Es un asunto que es maravilloso porque es posible a día de hoy. Si yo lo practico día tras día, entonces entre más conozca al autor, que es Dios, y lo que dice, puedo aprender a conocer su voluntad, a conocer su mente, sus pensamientos, sus lineamientos.

Pero por el otro lado también animarme, impulsarme, abrirme el entendimiento para que este Padre sobrenatural sea glorificado en todas las áreas de mi vida.

Un buen padre, ¿qué hace? Como vemos aquí, a través de esta oración provee sustento, provee perdón y también provee el corazón perdonador, porque muchos de nosotros ni lo teníamos. Un resentido no puede tener el corazón de Dios. Lo que un resentido necesita es el nuevo corazón que da Dios, justamente para que luego su oración si pueda ser eficaz.

De lo contrario, no puede ser eficaz la oración de una persona resentida que no es capaz de perdonar. A veces cuesta perdonar, eso es verdad, eso es humano. Pero eso no significa que sea imposible, porque Dios nos provee la capacidad para que podamos lograrlo. Y por si fuera poco, me provee el dominio propio para no pecar justamente contra él.

Lo que le sucedió a José en el Antiguo Testamento, él tenía perfectamente claro contra quién estaba pecando cuando tuvo esa tentación de carácter sexual. Entonces vemos que él también me puede proveer también de forma sobrenatural y soberanamente protección del mal.

La oración no es para nada aburrida. Cuando una persona se relaciona con Dios, realmente nunca quiere salir de la presencia de Dios, sino todo lo contrario. Quiere permanecer en la medida de lo posible, disfrutando de lo que Dios le está revelando y de lo que Dios le está guiando.

El segundo punto es que Jesús enseña a pedir correctamente lo que el Padre quiere que pidas.

Juan 15:26 y Juan 16:13-15

Fíjate que Jesús le había prometido a sus discípulos que alguien estaría ya no solo con ellos, sino en ellos, y me refiero al Espíritu de Dios.

Romanos 8:26-27

Si no va en armonía con la voluntad de Dios y con la Palabra de Dios, realmente esa es una oración que tal vez pueda estar completamente desenfocada, de tal manera que cuando queremos estar entrenados o crecer en una vida de oración, iremos creciendo en esas tres direcciones básicas que Jesús enseñó, pedir, pedir en oración, buscar requiere una acción diligente acorde a lo que he orado, y llamar, ya es un paso en el cual Dios mismo expresa en su palabra que Él llama las cosas que no son como si fuesen.

Esos tres procesos son continuos y nos ayudan justamente a crecer. ¿Por qué? Fíjate que son continuos, porque si yo solamente pido, es peligroso, porque terminaré creyendo que Dios tiene que hacer todo lo que yo le pido, cual niño caprichoso. Si solo busco, sin pedir, es decir, sin orar, seré un gran orgulloso y autosuficiente, y si llamo sin haber pedido y buscado, seré un gran fantasioso.
Entonces por ello, el proceso es tanto continuo como gradual en la vida de oración. Por eso esas tres acciones cuando son direccionadas por el Espíritu Santo, podré ser tanto certero como asertivo en el desarrollo de mi propia espiritualidad, que es la herramienta que me saca justamente de la religiosidad.

Por ello te animo a que si tú quieres empezar a crecer en una vida de oración y en una espiritualidad mayor, únete a gente de oración y evita gente de murmuración. La gente de oración es la que te va a ayudar a ti a que te posiciones como una persona que el día de mañana va a ser bendición.

Por eso te animo a que a partir de esta enseñanza, tú reflexiones acerca de los tiempos que tienes libres, acerca de los tiempos que estás en casa, acerca de los tiempos donde tal vez el
tiempo y la ociosidad puede ser el caldo de cultivo para que tú peques contra Dios. Más bien inviértelo bien y sabiamente, uniéndote a personas que oran de verdad.
Dios te bendiga y nos vemos en la próxima oportunidad. Hasta pronto.