Amor Excepcional

24 de julio de 2022

Pastor Rubén Casado

Tiempo de Lectura 3 Minutos

Hay una realidad y es que todo pecador va a morir, pero su palabra dice que Dios envió a su hijo unigénito para todo aquel que en él crea no se pierda más tenga vida eterna.

Juan 11: 25 (NTV) Jesús cargó un precio muy grande por todo aquel que decide entregarle su vida, que está con depresión, enfermedad, amargura…

Es por el amor incondicional de Jesús que nos permite liberarnos de toda cadena o atadura.

1º Cor 13: 13 La palabra de Dios nos habla de como el corazón de él mismo busca nuestro bien, están escritas esas promesas para nuestra vida y son puestas y firmadas con sangre solo para saber que Dios se muestra fiel, aunque nosotros no lo seamos. La palabra de Dios es viva y eficaz, nos corrige, instruye de manera que todo hombre de Dios pueda cumplir con el propósito por el cual ha nacido.

Pero en la vida diaria vemos que hay cosas que no se cumplen, como que seremos libres de la enfermedad, entonces ¿dónde quedan esas promesas?

Un ejemplo, un padre le promete a su hijo ir a un parque de atracciones, convencido de querer hacerlo. Le llega al padre información de alguna avería que ha ocurrido en el parque de atracciones, entonces se replantea el llevar a su hijo, ¿Tú le llevarías a tu hijo a un parque de atracciones sabiendo que sería un día de alegría, de fiesta pero que correría el riesgo de morir?

Y pasa lo mismo con las promesas de Dios que parecen no llegar. Lo que Dios quiere, Jesucristo quiere para nosotros sobre toda cosa es que podamos llegar a esa eternidad con él, y es por eso mismo que no nos puede entregar todo lo que quisiera, pues haciéndolo posiblemente no alcancemos el destino final que Dios quiere para nosotros.

Heb 12: 2 Jesús nos dice que nuestra espera no tiene que estar en las circunstancias que nos pasa o cuando pedimos algo específico, llega el momento y se nos da, entonces dejamos de buscar como antes. También puede ocurrir lo contrario, que esperamos y esperamos y no obtener resultado, entonces dejamos de buscar de él.

Jesús nos enseña de poner nuestros ojos en algo mayor que no está en esta tierra, por ello sufrió con su propia vida. Él esperaba en el amor del padre, en lo eterno.

Dios hoy nos dice que va a operar en el amor, para que podamos mirar en la eternidad, donde lo que pasa en este mundo como las circunstancias, la ira, el enojo o lo que vivamos este en un segundo plano. Cuando nuestra esperanza está en la promesa que viene después de la muerta, resucitar y pasar la eternidad con el padre se mueve un poder del espíritu, adoramos en espíritu y en verdad, focalizamos lo que Dios quiere para nuestra vida, bendecimos y estamos en los planes de Dios, se resume todo en que es por el amor incondicional de DIOS.

Dios te ama, aunque veas que no recibes lo que esperas, en la palabra de Dios encontramos muchos hombres de fe no recibieron lo prometido para beneficiarse ellos mismos.

Hoy en día, hay una esperanza viva, de vivir en Cristo, que el cielo y la tierra pasarán, pero su palabra no va a pasar, esperanza en el amor incondicional de Dios y lo demostró a través de su hijo.

Is 40: 31 Esperanza donde el poder de Dios se manifiesta, esperamos en la verdadera promesa eterna y no lo que suceda en este mundo, o la bendición de Dios que se produzca en esta tierra que también Dios lo puede hacer, mostrando bendiciones que sean de testimonio solo para que otros crean, se conviertan y conozcan a Jesús.

Pero solo hay un único propósito en nuestra vida, que vayamos al cielo con Cristo Jesús y que la mayoría de las personas reciban el mensaje de salvación para sus vidas. Porque si tienes a Cristo lo tienes todo, si buscas la presencia de Dios, la verdad, la puerta estrecha vas a tener vida. Y aunque no tenemos cuanto quisiéramos, tenemos que saber que los caminos de Dios son más altos que los nuestros.

Cristo experimento el quebranto, el sufrimiento para poder ser perfeccionado a la obra que estaba llamado, nosotros de igual manera tendremos que pasar por valles, por pruebas, pero Dios está con nosotros y su gloria se manifestará. En Cristo aprendemos a vivir en todo tipo de circunstancias, como decía Pablo “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Dios quiere lo mejor para tu vida, tu casa y si sigues permaneciendo en él, la gloria de Dios caerá en tus hijos, en tu economía, pero no por buscar la bendición, sino que es consecuencia de buscar a Dios que nos ama, nos cuida y esperar en su amor incondicional, que venció a la muerte y al pecado y nos ha abierto acceso a un lugar celestial.

Muchas gracias, Dios te bendiga y nos vemos en otra ocasión.