19 de julio de 2022
Pastora Sandra Bulla
Tiempo de lectura: 3 min
¡Hola! Bienvenidos a Domingo en línea. Qué gusto es volver a estar con vosotros un tiempo más en el que puedes oír Palabra de Dios y en el que tu corazón puede ser edificado. Porque Dios siempre quiere hablar a nuestras vidas, siempre quiere bendecirnos. Él es bueno, así que nosotros te invitamos a que puedas también poner tus comentarios, tus peticiones de oración y que nos cuentes de qué forma tu has sido o estás siendo bendecido por estos mensajes que cada domingo el Ministerio Gran Rey pone al aire para que tu vida y los tuyos reciban la verdad.
Nosotros en muchos momentos de nuestra vida podemos dudar ¿verdad? Porque tal vez no vemos lo que quisiéramos, o por no tener los resultados que buscamos. Pero hay una palabra que nos lleva a nosotros a confiar, a confiar en el corazón de Dios, en la mente de Dios, en el carácter de Dios.
Podemos aferrarnos de quién es Dios, que nunca cambia, que siempre es el mismo por los siglos de los siglos y eternamente. Sí, y la verdad es que cuando nosotros vemos cómo está este mundo y como hoy en día la gente dice que no hay verdades absolutas, nos encontramos con una realidad muy triste y es que hay mucho desequilibrio en nuestra mente y en nuestro corazón.
Isaías 55:8,9 y Jeremías 29:11. Cuando podemos leer lo que Dios dice de sí mismo es ahí donde podemos depositar nuestra fe. Dios, es un Dios que jamás querrá nuestro mal y que puede proveernos todo lo que nosotros necesitamos para un buen fin y un buen futuro.
Dios dice en su palabra que él es galardonador de quienes se acercan a él con fe. Tal vez tú has decidido seguir a Jesús, pero no estás viendo los resultados que tal vez tú quisieras. Pero quiero decirte que cuando Dios ha salido a tu encuentro y cuando tú has decidido que le vas a seguir, puedes estar completamente seguro de que Dios está obrando en tu interior. Porque a Dios le importa el corazón, porque al fin y al cabo el corazón es lo más importante del ser humano.
Juan 16:12-15. Jesús sabía y quería asegurarles a sus discípulos que lo que estaba por venir era aún mejor. Él les habla de la persona del Espíritu santo, una persona que ellos no iban a ver tal como veían a Jesús pero que el Espíritu Santo sería la provisión divina para que ellos pudieran permanecer en la fe a pesar de las circunstancias y pudieran conocer mucho más al Padre y al Hijo.
Y en esta hora me gustaría animarte, sea cual sea la situación que tú estás viviendo, número uno, que tú puedes confiar en la bondad de Dios, en los planes y en el carácter de Dios, y permanecer firme en tu decisión de seguir a Jesús, de creerle a Dios aún en cualquier circunstancia porque vas a tener un buen fin. Y número dos, este precioso regalo, esta preciosa provisión que hace Dios a todos aquellos que confían en Él, a todos aquellos que lo reciben, como dice también el apóstol Juan en sus primeros capítulos, que Jesús nos dio el derecho de ser hijos de Dios porque creemos en Él y nos dio este poder, que es tener a la persona del Espíritu Santo de Dios viviendo en nosotros.
En verdad, el Evangelio es algo que funciona de manera integral en las personas, en el intelecto, en el alma y también en el espíritu de cada uno de nosotros. Y de esta forma Dios nos dio esta provisión, su Espíritu Santo.